Late Nights Vol. 10 – Museo del Canal

¿A qué sitio vas cuando quieres ver performance en vivo, tomar coctéles o cerveza artesanal y bailar hasta el cansancio rodeado de arte? Si pensaste en un Night Club temático, te equivocas.

Mientras trabajaba en uno de los artículos para la Revista Living Panamá, sobre las residencias artísticas en el Museo del Canal, recibí una invitación a uno de sus ya conocidos Late Nights.

Era la primera vez que asistía a uno y la idea de mezclar una visita guiada por un curador de arte y bailoteo hasta medianoche, me sonaba tan incongruente como salir con abrigo un martes de junio a las 2pm en Panamá.

Para mi sorpresa, aquel ensamble de entretenimiento no solo era congruente sino “necesario” para que la experiencia tuviera sentido.

La fiesta arrancaba a las 6PM; la temática era Kelley’s Ritz, un famoso y emblemático club y bar que entre 1920 y 1930 fue el punto de encuentro preferido de la sociedad panameña para pasarla bien. También era famoso entre los miembros de la marina estadounidense que frecuentaban la zona durante la construcción del Canal de Panamá.


Idania Downman, reconocida cantante de música latina, jazz y soul ofreció una apertura cálida y llena de talento. También hubo “performance” de bailarines que integraron el popular “ballroom” (LGBTQ) con vestuario de los años 20, que fue toda una sensación.

El DJ no solo nos transportó con la mejor música disco a la década de los 70, sino que nos trajo de regreso al 2025 en una montaña rusa de géneros que incluía la mejor “plena” de los 80, el nostálgico rock de los 90 y canciones del 2000 hasta nuestros días que se han convertido en el himno de varias generaciones.

Mientras todo esto sucedía, los curadores de arte del Museo, hacían recorridos guiados de las exhibiciones permanentes y las residencias artísticas de FARO que inició en 2023.

Este proyecto (FARO) del cual se habla en la 3a. Edición de Living Panamá, es una mirada hacia la historia desde el lente de artistas que en profunda investigación, hacen una crítica social sobre lo que sucedía alrededor de la construcción del Canal, rescatando elementos del pasado de los que no hablamos ampliamente o pasan desapercibidos.

Finalmente y para completar esta experiencia, recargué baterías disfrutando de una deliciosa pizza en el comedor que fue habilitado en el jardín interno del museo, y por supuesto, una refrescante cerveza artesanal para aliviar el calor del bailoteo.

Como era la primera vez que asistía, mi vestimenta no era temática, cosa de la que me arrepentí al ver que la gran mayoría de los asistentes fueron vestidos con ropa y accesorios de la época. Una vieja amiga que me encontré me dijo —Tranquilo, a mí me pasó igual la primera vez— lo que significaba que ella ya había asistido a varios Late Nights.

Seguramente a mi tampoco me sucederá la próxima vez, porque algo con lo que no me quiero quedar con ganas, es de vestir ropa antigua y baliar reggeatón hasta el piso en un museo.